LA MÚSICA
En este posteo queria compartir con ustedes sobre un tema importante que es LA MÚSICA para que podamos reflexionar que tipo de música escuchamos o cantamos o si de tal manera a Dios estamos alabando correctamente.
Hay quienes tienen el talento especial del canto, y a veces el canto individual o en coro suele ser el medio de dar un mensaje especial. Pero rara vez debe recurrirse al canto de unos pocos. La habilidad del canto es un talento de influencia que Dios desea que sea cultivado por todos y usado para gloria de su nombre (Testimonies, tomo 7, págs. 115, 116).
Cuando los seres humanos cantan con el espíritu y el entendimiento, los músicos celestiales recogen el acorde y se unen en el canto de acción de gracias. Aquel que nos ha otorgado todos los dones que nos habilitan para ser obreros juntamente con Dios espera que sus siervos cultiven sus voces para que puedan hablar y cantar en forma que todos entiendan. No se necesita cantar fuerte, sino con entonación clara, pronunciación correcta y dicción distinta. Dediquen todos tiempo al cultivo de la voz para que la alabanza a Dios pueda ser cantada en tonos suaves, claros, y no con un tono chillón o rudo que ofenda el oído. La habilidad para cantar es don de Dios; usadla para su gloria.
En las reuniones que se realicen, escójase cierto número de personas para que participe en el servicio de canto. Y sea acompañado el canto con instrumentos musicales hábilmente tocados. No nos hemos de oponer al uso de la música instrumental en nuestra obra. Esta parte del culto debe ser cuidadosamente dirigida, pues, es la alabanza a Dios por medio del canto.
No siempre ha de ser practicado el canto por unos pocos. Con la frecuencia posible, debe cantar toda la congregación (Testimonies, tomo 9, págs. 143, 144).
Dios es glorificado por los cantos de alabanza de un corazón puro, lleno de amor y devoción a él
(Testimonies, tomo 1, pág. 509)
Los ángeles andan alrededor de aquella morada. En ella se celebra una reunión de jóvenes; se oye el sonido de música instrumental y vocal. Hay cristianos allí reunidos, pero ¿qué es lo que se oye?. Es un canto, una frívola cantinela, propia de un salón de baile. He aquí, los ángeles puros retraen su luz, y la oscuridad envuelve a los que están en la casa. Los ángeles se apartan de la escena. Sus rostros están tristes. He aquí que lloran. Vi repetirse esto varias veces en las filas de los observadores del sábado, y especialmente en ---. La música ha ocupado las horas que debían ser dedicadas a la oración. La música es el ídolo adorado por muchos cristianos profesos observadores del sábado.
Satanás no hace objeción a la música si puede hacer de ella el medio para tener acceso a la mente de los jóvenes. Cualquier cosa que aparte la mente de Dios y ocupe el tiempo que debiera ser dedicado a su servicio, convendrá a su propósito. Para su trabajo utiliza los medios que ejerzan la más fuerte influencia para mantener al mayor número en una infatuación agradable, mientras son paralizados por su poder. La música es una bendición si se aprovecha bien, pero con frecuencia resulta uno de los más atrayentes instrumentos de Satanás para hacer caer a las almas. Cuando se abusa de ella, conduce a los que no son consagrados, al orgullo, a la vanidad y a la frivolidad. Cuando se permite que ocupe el lugar de la devoción y la oración, es una maldición terrible. Los jóvenes se reúnen para cantar, y, aunque son cristianos profesos, deshonran con frecuencia a Dios y su fe con su conversación frívola y la música que eligen. La música sagrada no es de su gusto. Mi atención fue dirigida a las sencillas enseñanzas de la Palabra de Dios que había sido pasada por alto. En el juicio, todas estas palabras
inspiradas condenarán a los que no les prestaron atención (Testimonies, tomo 1 pág. 506)